miércoles, 19 de diciembre de 2012

CONTROL MEDIANTE UNA NEUROPROTESIS DEL BRAZO DE UNA MUJER TETRAPLEJICA

Ha aparecido recientemente en los medios de comunicación la noticia de Jan Scheuermann una mujer de 52 años que fue diagnosticada de degeneración espinocerebelosa hace 13 años. Como es sabido el cerebelo controla la coordinación muscular y del equilibrio y este trastorno aunque normalmente no produce tetraplejia existen casos en que se involucran otras partes como la médula y éste parece uno de esos casos.  La utilización de máquinas controladas por el cerebro son máquinas de biorretroalimentación porque la propia acción (adecuada o inadecuada) proporciona una retroalimentación en tiempo real de su control. Este caso es un caso especial ya que estamos hablando de una neuroprótesis invasiva y en biorretroalimentación los psicólogos no utilizamos procedimientos invasivos. El equipo que lo ha implantado está compuesto por diez personas de diferentes centros. El primer firmante del artículo pertenece al Departamento para veteranos (de guerra) del Centro Médico de Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos). Se le ha implantado dos matrices de microelectrodos intracranealmente (4x4 mm) en la corteza izquierda motora. El brazo protésico estaba montado cerca del sujeto con dos cables (como vemos en la fotografia) que van, uno de las conexiones en la cabeza al aparato de registro (en la fotografia aparecen dos cables posiblemente porque salga uno de cada matriz de microelectrodos) y el otro cable que va del ordenador al brazo protésico.

Este trabajo comenzó con el doctor Andrew Schwartz, profesor de neurobiología y último firmante del artículo, utilizando macacos rhesus en 2008. Primero fue capaz de recoger una representación de alta fiabilidad de la intención de movimiento en la corteza motora lo que le permite luego colocar la prótesis en el lugar exacto. 

Al llegar a este punto es importante comparar este prototipo (invasivo) con el que vimos hace dos entradas (no invasivo). En este prototipo que vemos ahora hay un alto coste (cuatro grandes organismos de Estados Unidos lo han financiado incluido el Ministerio de Salud (National Institutes of Health), desconocimiento de sus efectos no deseados a medio y largo plazo y dificultades para que el sujeto obtenga autonomía con él (por ejemplo, si aparecen dificultades no aparece un técnico para solucionarlas sino que tiene que venir todo un equipo médico. Estos prototipos tienen más sentido para la investigación militar (dos organismos militares lo financian) y el desarrollo de la cirugia (un buen grupo de neurocirujanos están involucrados) que el de proporcionar equipos que proporcionen verdadera autonomía para sujetos con grandes dificultades para controlar elementos básicos de su entorno para su desarrollo personal.