Como seguramente ya sabemos la biorretroalimentación es el registro de algún cambio fisiológico y la devolución de esa información al sujeto registrado. Los cambios fisiológicos pueden ser muchos pero tienen que ser interesantes al cambio que queremos realizar. Como algunos cambios fisiológicos se acompañan de cambios en los potenciales bioeléctricos, estos pueden ser registrados y utilizados con este fín. Existen diferentes aparatos que han sido diseñados para registrar estos potenciales eléctricos y entre ellas encontramos el electromiograma (cambios en la actividad eléctrica de los músculos), el electroencefalograma (actividad eléctrica del cerebro) o el electrooculograma (actividad eléctrica en los ojos).
En este caso la activación de una motoneurona produce una contración de todas las células musculares inervadas por la neurona. Esta activación produce una contracción muscular que se acompaña por un cambio en el potencial tanto de la neurona como de las fibras musculares. Gracias a este cambio en los potenciales bioeléctricos podemos obtener una señal electromiografica. Si esta señal se la devolvemos al sujeto tenemos la Biorretroalimentación electromiográfica. La intensidad de la señal (lo que llamamos amplitud de la señal) es directamente proporcional al número de unidades motoras activadas.
Electromiografos hay muchos y aparatos de biorretroalimentación electromiográfica también.
Se utiliza este tipo de biorretroalimentación sobre todo en la rehabilitación, en los dolores tensionales, en la incontinencia urinaria y en la incontinencia fecal. Aunque el aparato es el mismo suele diferenciarse los aparatos de los dos primeros (rehabilitación y dolores) de los otros dos sobre todo por el número de canales utilizados y los electrodos necesarios, siendo en los dos últimos específicos (vaginal y anal).
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